He leido" Las voces del desierto" de Marlo Morgan. Una mujer que convivió con los aborígenes australianos. Después cuando intentó transmitir lo que había aprendido de ellos se encontró con bastante incomprensión incluso de los mismos australianos.
No es que los que hemos pasado por experiencias como la de perder un hijo seamos mejores ni nos creamos superiores pero si creo que podemos entender mejor lo que significa las cosas importantes frente las materiales, el que existe una comunicación telepática y el poder sanador de nuestra voluntad.
Rescato una frase del libro que me ha gustado:
Antes de dormirme esa noche, sin la comodidad de una piel de dingo, me vino a la mente la conocida plegaria de la serenidad: "Que Dios me conceda serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que sí puedo, y la sabiduría para aprecias la diferencia"
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